Más sobre los alienígenas
Últimamente, en los medios
de comunicación vuelve a haber especulaciones sobre la posibilidad de que
existan civilizaciones inteligentes en la galaxia, a parte de la nuestra (si es
que podemos clasificarnos como “inteligentes”, claro). Dejémoslo en
civilizaciones tecnológicas.
Un reciente estudio
cifraba en 36 las posibles civilizaciones de este tipo que podrían existir
actualmente en la galaxia. Un bueno número, aunque dadas las dimensiones de la
Vía Láctea, bien podrían estar en el equivalente astronómico del quinto pino. Vaya,
que contactar con ellas por procedimientos conocidos sería largo y complicado.
Y desconocemos los procedimientos desconocidos.
También, hace poco, un
teórico ruso planteaba a una posible solución a la paradoja de Fermi
(si hay más civilizaciones extraterrestres, ¿dónde están?).
Una posibilidad es que cuando surge una civilización inteligente con capacidad
de viaje galáctico se dedique a exterminar a las posibles competidoras para
quedarse con todo el espacio vital (¿os suena la teoría del lebensraum?).
Lo que no queda muy claro
es si nosotros somos los primeros y vamos a obrar así o si eso ya pasó y se
olvidaron de nosotros. O tal vez, cuando sucedió, la raza humana no existía o
estaba en un estadio tan primitivo que no éramos competencia para los supuestos
“ellos”.
En la segunda
Trilogía de la Fundación, obra de los 3 “Killer
B’s” (Gregory Benford, Greg
Bear i David Brin), los robots se
extienden por toda la galaxia terraformando mundos, dejándolos preparados para
la ocupación humana y llevándose por delante todo lo que pudiera suponer un
riesgo para la Humanidad.
Siempre he creído que
suponer que los posibles aliens eran “buenos” o “malos” no tenía mucho sentido.
Si ni si quiera la raza humana puede catalogarse como “buena” o “mala”,
imaginémonos seres que no se parecen mucho a nosotros. Porque sería muchísima
casualidad que hubiésemos evolucionado de la misma manera y nos pareciésemos un
montón, ¿no?
Vaya, que cuando en las
series de ciencia ficción aparecen aliens de aspecto humano pienso en aquello
de la “suspensión voluntaria de la credulidad”, porque no hay por dónde
cojerlo, si quisiéramos interpretarlo literalmente.
Así pues, conceptos como
la ética o la moralidad, podrían ni existir para ellos o no tener nada que ver
con las nuestras. A veces se ha dicho que cuando haces obras en una carretera y
aplastas un hormiguero, los técnicos ni se dan cuenta de lo que hacen. No
tienen conciencia de estar destruyendo algo importante.
Lo mismo podría suceder
con una civilización muchísimo más avanzada que la nuestra. Y nosotros ser el
hormiguero.
En fin, está bien que se
hable de estas cosas. No creo que vaya a ser importante a corto plazo, pero
sirve para poner al género humano un poco en su sitio. Tal vez si no nos
creyésemos el centro del Universo, trataríamos con más respeto al planeta y a
nuestros compañeros de arca.
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