Azazel o vigila con lo que deseas
Azazel es un demonio o
ángel caído, citado en el Levítico, correspondiente a las
tradiciones hebrea, cristiana e islámica. De él se sabe poca cosa, como que
vive en el desierto y que probablemente provenga de otras tradiciones
religiosas.
El Azazel del que os
quiero hablar, también es un demonio, aunque mucho menos trascendente. De
hecho, es un personaje literario fantástico creado por Isaac Asimov en una
serie de relatos suyos, en los que aparece un diminuto demonio concesor de
deseos llamado Azazel.
La gracia del personaje en
sí es que pone al descubierto la futilidad de los deseos humanos. Casi siempre
acaba concediéndoles a los humanos solicitantes lo que piden, generalmente con
consecuencias desastrosas o cómicas. Vaya, es aquello de: “vigila con lo que
deseas no vaya a ser que se haga realidad”.
Una de las características
de la concesión de los deseos es que Azazel (y el autor, claro) tiene bastante
mala leche y a veces concede literalmente aquello que se le solicita. En otras
ocasiones, la concesión del deseo, lejos de ser un bien, es una verdadera
maldición.
Asimov no solía cultivar
demasiado la literatura fantástica. Era mucho más prolífico en la divulgación
científica o en la ciencia ficción, pero era bastante inhabitual en él,
racionalista como era, escribir sobre fantasía pura.
De hecho, las veces que lo
hacía, se acercaba más al género del terror o, en el caso de Azazel, del humor
o de la sátira, que apreciaba enormemente. Aunque la producción de estos
relatos no es enorme, al menos, pergeñó un personaje verdaderamente
inolvidable.
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