04 diciembre 2017

Cuando las bacterias gobiernen la Tierra



Cuando la ciencia ficción prospecta el futuro, suele ser habitual hablar de un mundo sin enfermedades, en el que se ha vencido el cáncer y la vejez se alarga hasta los trescientos años de edad.

Por poner un ejemplo, en las novelas de robots de Asimov, convivían dos tipos de mundos: la Tierra, en la que la gente vivía como nosotros, hasta los ochenta o los noventa como mucho y enfermaba y los Mundos Espaciales, en los que gracias a la eugenesia y la ausencia de enfermedades, la gente alcanzaba edades muy avanzadas en perfecto estado de salud.

Lo que ya no es tan habitual es encontrar novelas en las que en el futuro se produzca una regresión y retornemos a la sanidad del siglo XIX. Ojo, que no hablo de mundos con virus temibles que producen legiones de zombies. De eso hay tanto como queramos.

Me refiero a verdaderas involuciones. Pues me temo que eso es lo que nos espera si no reaccionamos a tiempo. La comunidad científica hace ya más de dos décadas que vienen avisando con mayor o menor insistencia de que los antibióticos están perdiendo efectividad.

Las bacterias se hacen resistentes y algunas se han vuelto intratables por ningún antibiótico conocido. Y se están propagando. Añadámosle los virus, que no son tratables por antibióticos y tenemos un futuro más bien poco halagüeño.

Es cierto que pueden desarrollarse nuevos antibióticos, algunos bastante sofisticados, pero eso sólo retrasará el reloj unos cuantos años más, hasta que la bacterias vuelvan a ganar la partida.

La esperanza, si la hay, son unas prometedoras investigaciones recientes que revierten la “memoria” de las bacterias y hacen que pierdan su inmunidad a los antibióticos. Lo cierto es que la cosa aún está verde y me temo que veremos algunas mortandades muy pronto por enfermedades que hasta hace poco se curaban fácilmente.