21 noviembre 2008

Escudos deflectores y astrometeorólogos

Conforme esto de viajar al espacio se vaya convirtiendo en algo más o menos habitual y no un suceso mediático al alcance sólo de las grandes fortunas planetarias, aparecerán nuevas profesiones, como la de astrometeorólogos, que predecirán el tiempo espacial que hará.

¿El tiempo espacial? ¿Pero no quedamos que fuera de la atmósfera no hay fenómenos meteorológicos? Pues sí, en efecto, pero las tormentas solares y otros fenómenos similares deberán ser seriamente considerados por los futuros turistas o trabajadores espaciales. No vaya a ser que los atrape una tormenta espacial y acaben como la "cosa" de Los 4 fantásticos. O directamente fritos.

El tiempo espacial es cada vez más importante. Teniendo en cuenta la cantidad de satélites y otros engendros que orbitan la Tierra, es un conocimiento de la mayor importancia. Así que a la pregunta de: "Niño, ¿tú qué quieres ser de mayor?", pronto empezarán a contestar que astrometeorólogos y se quedarán tan anchos.

Por si las moscas, se han empezado a desarrollar los primeros escudos deflectores de iones. Sí, sí, como en Star Trek. Se trata de escudos electromagnéticos que desviarán los chorros de partículas cargadas eléctricamente de los habitáculos espaciales, creando una especie de magnetosfera artificial.

La realidad vuelve a superar a la ficción. Al parecer, ha sido relativamente simple crear un escudo deflector. No hace falta ni dilitio ni cosas raras: sólo tecnología humana y terrestre relativamente común. Nada de la sofisticación de la ISDN norteamericana (Iniciativa de Defensa Estratégicia, a.k.a. Guerra de las Galaxias).

20 noviembre 2008

Dinosaurios y mamuts

La ficción suele quedarse corta ante la realidad, con frecuencia. La prensa anuncia en grandes titulares que se ha conseguido secuenciar, por vez primera, el genoma de una especie extinguida. Se trata del mamut.

Hace tiempo que existen varios proyectos cuya finalidad última es poder recuperar un animal extinto como es el mamut. No es una mala elección. A diferencia de los espectaculares (y temibles) dinosaurios, es posible encontrar todavía en la tundra, muestras congeladas de tejidos de mamuts, mientras que los dinosaurios están tal vez demasiado alejados en el tiempo.

Por otro lado, recuperar un mamut no ocasionaría, en principio, grandes problemas. A pesar de sus grandes dimensiones, no deja de ser un elefante grande. Las diferencias genómicas entre un mamut y un elefante son bastante menores que entre un humano y un chimpancé.

Ello ha despertado la esperanza de obtener un embrión de mamut por ingeniería genética e implantarlo en el útero de una elefanta para que lo gestase. La cosa está todavía muy en ciernes, pero la posibilidad real de recuperar una especie extinta muy llamativa está al alcance de la mano.

Muchos nos preguntamos por qué se dedican tantos esfuerzos de recuperar una especie extinta mientras que estamos dejando que se extingan tantas otras especies. No obstante, una cosa no quita la otra y si es posible recuperar los mamuts, tal vez sea posible recuperar otras especies de desaparición más reciente o futura.

Como en la novela del recientemente desaparecido Michael Crichton, Parque Jurásico, tal vez dentro de unos años podamos visitar zoológicos de especies extinguidas, parques en los que convivan mamuts, mastodontes, dodos, tigres diente de sable, cuagas, tilacinos, tarpanes y megaterios.

09 noviembre 2008

Certificado C99+ / Lluís Hernàndez

Certificado C99+ es una interesante novela juvenil de ciencia ficción mucho más entretenida y reflexiva que muchas pretendidamente novelas adultas, que a veces están vacías de contenido y que no paran de dar vueltas y más vueltas sobre poca cosa.

Certificado C99+ en cambio está repleto de ideas. Los personajes son muy sueprficiales, es verdad. Algunos, son poco menos que arquetipos muy brevemente esbozados, pero van componiendo un puzzle que deja entrever toda la historia de manera no siempre inmediata.

Esta novela, que se lee rápidamente, trata sobre un mundo futuro no muy lejano al nuestro en el que se ha desarrollado una curiosa tecnología basada en los agujeros negros que permite saber con total exactitud si una persona estará viva o no pasados una serie determinada de años.

Esta tecnología revoluciona la sociedad de manera bastante peculiar. No obstante, toda tecnología tiene sus límites y sus problemáticas y la novela no soslaya estas cuestiones. Al contrario, permite alargar de manera atractiva la narración para lo que, de otra manera, no habría sido sino un simple relato largo.

07 noviembre 2008

Planeta azul / Jeanette Winterson

Planeta azul es una curiosa novela en varias partes, aparentemente independientes entre ellas, pero que están sutilmente ligadas en el tiempo. Todas ellas tratan de lo que es ser humano, del amor y de la increíble capacidad destructiva de la raza humana.

Pero sobre todo es una novela sobre el eterno retorno, sobre la historia cíclica y sobre la repetición de los errores. En ella se describen una serie de sociedades en estado terminal en las que la Humanidad ha agotado los recursos naturales de los planetas que la sostienen y se niegan a aceptar este hecho.

Trata también sobre la extensión de este mal a nuevos planetas para reiniciar nuevamente el ciclo de crecimiento, expansión, decadencia y muerte de la civilización y sobre el renacer de las esperanzas, al tiempo que mueren las viejas.

La novela está escrita en una prosa aparentemente sencilla, aunque dotada de una gran belleza y repleta de tropos, referencias cruzadas y de historias. Describe tanto paisajes decadentes que, sin llegar al hipnotismo de un Ballard, no dejan de tener su interés, así como paisajes vírgenes de una gran belleza.

No es una novela de las que se leen de un tirón, a pesar de que no se hace nada aburrida, pero las figuras y reflexiones que contiene obligan a una lectura algo más pausada que en una simple novela de aventuras.

Aunque es claramente una novela de ciencia ficción, no parece beber de las fuentes clásicas del género y creo que habría que situarla en la tendencia actual del mainstream a utilizar la ciencia ficción como recurso para expresar algo. En este caso, se trata de un canto en contra de la destrucción del mundo que la Humanidad está ocasionando con sus políticas antiecológicas globales.

06 noviembre 2008

El gran tecnoescéptico: Michael Crichton

Últimamente la sección de Obituario tiene, por desgracia, bastante actividad. Esta vez le ha tocado el turno a otro clásico de la ciencia ficción moderna: Michael Crichton, recientemente fallecido.

Si bien su producción no es muy abundante, casi todos sus libros tienen algo en común: la mayoría han sido llevados al cine y se han convertido en verdaderos hitos de la ciencia ficción cinematográfica.

Pienso especialmente en Parque Jurásico, que nos fascinó a todos con sus maravillosos dinosaurios resucitados. Y es que Crichton era, sobre todo, un director de cine, por lo que sus libros estaban bastante pensados para ser llevados a la gran pantalla.

Otra de sus obras clásicas fue La amenaza de Andrómeda, llevada al cine en su día y de la que hace poco se ha realizado un remake un tanto peculiar.

Naturalmente, no quisiera olvidarme de Esfera, una obra a caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, también llevada al cine.

Del resto de películas, mejor no hablar demasiado, porque su calidad no parece ser excesivamente buena.

Con fama de escritor de techno thrillers, aplicó durante toda su carrera de escritor la misma temática: la ciencia descontrolada. De hecho, podríamos englobarlo en la corriente de escritores tecnoescépticos.

En uno de sus últimos libros, que no pienso leerme, llegaba al extremo de negar la causalidad antrópica del cambio climático global y le echaba la culpa a ecologistas y a científicos de estar engañando a ls Humanidad por intereses personales.

No sé si Crichton estaba a nómina de alguna petrolera o si creía seriamente en lo que decía, pero fue un triste colofón a una carrera literaria bastante interesante, en la que consiguió que sus fans, entre los que yo me cuento, devorasen sus libros nada más aparecer en el mercado.