19 febrero 2010

So Say We All

He visto recientemente El Plan, una revisitación del universo de Galactica Battle Star que explica, supuestamente, el "famoso" plan que tenían los cylon.

Por supuesto ya desde el principio se ve que dicho plan consistía, simplemente, en exterminar a todo el género humano de un plumazo y que, al no conseguir su objetivo plenamente, se ven obligados a improvisar.

El Plan es excesivamente repetitivo para mi gusto. Revisita alguna de las escenas más impactantes de las dos primeras temporadas, pero no aporta nada nuevo ni especial, en mi opinión.

Otra cosa son los personajes, algunos de los cuales son profundizados un poco más y puestos en una cierta perspectiva, aunque son más bien personajes secundarios los que sufren dicha transformación, especialmente entre los cylon.

Tal vez la consecuencia más interesante de El Plan sea que los cylon acaban por humanizarse bajo el contacto con los seres humanos. Incluso el eternamente malhumorado Uno acaba por sucumbir en cierta manera a la humanización.

Lo más negativo, la ausencia de la presidenta Rosslin y la poca presencia de Kara Thrace, aunque como ya he dicho, es una película (superepisodio?) centrado básicamente en los secundarios.

De lo mejor, el principio, con la destrucción de las colonias y el híbrido cantando la destrucción de manera fría pero a la vez que poética: las ciudades de Cáprica están en llamas; los puertos de Pycon están en llamas; y así sucesivamente.

08 febrero 2010

El dador de recuerdos / Lois Lowry

El dador de recuerdos
The Giver
Lois Lowry
Everest / Círculo de Lectores
240 págs.


A veces en la literatura juvenil encuentras verdaderas perlas. Este es el caso de "El dador de recuerdos" una novela narrada de manera muy sencilla, pero no por ello menos reflexiva o demoledora.

"El dador de recuerdos" trata de una sociedad pacífica, ordenada e igualitaria hasta la náusea, en que todo el mundo tiene su lugar y todos saben qué hacer y qué se espera de ellos. Un mundo en que todo está planificado: desde el nacimiento hasta la muerte.

Un mundo en que no hay diferencias importantes. No hay montañas. El clima es monótono y, por no haber, no hay ni colores ni música. Todo ello en nombre de la paz y de la utopía en que viven inmersos sus felices habitantes.

Pero, ¿qué pasa con los que no encajan? La respuesta a esta pregunta y otros misterios hará que el protagonista, Jonás, el elegido para ser el próximo Dador de Recuerdos, el cargo más honorífico y más temido de la sociedad, cambie de manera irreversible.

A veces, es en las utopías más aparentemente pacíficas y benévolas en donde se enconden las mayores monstruosidades y ésta no va a ser una excepción. Con referencias múltiples a otras obras similares, como 1984 (George Orwell), ¿Un mundo feliz? (Aldous Huxley) o Este día perfecto (Ira Levin) o La fuga de Logan, la utopía se convierte en distopía. Las dos caras de la misma moneda.

Y es que Jonás, a parte de tener ciertas capacidades especiales, no deja de ser una persona normal que cuando descubre la terrible verdad sobre la que sustenta su "civilización", no puede quedarse impasible.

Jonás tiene mucbho en común al protagonista de "Los que se alejan de Omelas", de Úrsula K. LeGuin y el argumento es claramente deudor de este magnífico relato de quien Julián Díez dijo una vez que "era claramente definitorio del siglo XX".

En fin, una novela juvenil para adultos, que se lee rápidamente, pero que deja una huella difícil de borrar a poco que se medite.

Forma parte de una trilogía, continuada en "En busca del azul" y "El mensajero" y está prohibido en muchas escuelas de los Estados Unidos, al parecer por algunos de los "controvertidos" temas que toca. En fin, censura pura y dura.