Árboles luminosos
Hace poco leí que había en
marcha un proyecto para conseguir árboles bioluminiscentes, que se plantarían
en las calles de las ciudades, para iluminar y sustituir de manera –más o
menos- natural la iluminación artificial y así ahorrar energía y ayudar a
combatir el cambio climático.
Una idea original, desde
luego. Lo primero a lo que que me recordó fue –indefectiblemente- a los árboles
que aparecen en el Silmarillion de J.R.R. Tolkien conocidos
como Laurelin y Telperion, el árbol
dorado y el árbol plateado, que iluminaban Valinor antes de
la “creación” del sol y de la luna.
También me recuerda un
poco a alguno de los fascinantes mundos de George R. R. Martin y sus deliciosos
xenomorfos, con bioluminiscencias nocturnas (“Esa torre de
cenizas”,”This Tower of Ashes”,1976). Y desde luego, no
podemos ignorar el reino por excelencia de las bioluminiscencias: el fondo de
los océanos.
No sé si la idea
prosperará desde un punto de vista práctico (¿tendrán suficiente potencia
lumínica?) o si no habrá una reacción furibunda por parte de los contrarios a
la manipulación genética. Quizá la cosa no pase de un nuevo modelo de árboles
navideños más o menos originales. Lo que está claro es que el futuro será
bastante más extraño de lo que somos capaces de imaginar ahora mismo.