29 agosto 2006

El increíble caso de Joana Pol

Estaba yo en mi solaz retiro, cuando de golpe detecté una extraña vibración que perturbó mi dulce descanso. ¿Una perturbación estremecía la fuerza? No, era el vibrador de mi móvil. Un amigo me llamaba para avisarme que en el fandom se estaban produciendo extraños y maravillosos sucesos. Acababa de entrar en el fascinante affaire de Joana Pol.

Los sucesos son tan maravillosos, increíbles, surrealistas, oníricos, delirantes y tremebundos que me ha sido imposible mantener mi retiro y me he visto impelido nuevamente al espacio-tiempo fandomítico, para regocijo de unos pocos y desagrado de otros muchos. Pero aquí estoy para contarlo todo, con mi látigo preparado, restallando en el diáfano aire vespertino.

(No, no he esnifado nada, ni me he amorrado al gasoil).

Pero empecemos por el principio: ¿quién es Joana Pol? ¿qué se esconde tras este nombre? ¡Que empiecen a caer los velos y a rasgarse las vestiduras!

Al parecer -y digo al parecer, porque todo lo que sigue hay que cogerlo con pinzas, ya que uno no sabe dónde acaba la realidad y empieza la leyenda urbana- se trata de una escritora con un libro de fantasía en su haber: El crimen de los dioses.

Uno de los rasgos originales del libro es que uno de los personajes es un elfo homosexual. ¿Por qué no? Si tenemos elfos negros y elfos julandrones (véase la crítica de cebra sobre El Retorno del Rey), por qué no un elfo gay. Hasta aquí todo normal y hasta meritorio, incluso.

Pero de golpe, una serie de noticias, posts y rumores empiezan a inundar los medios del fandom: que si Joana ha recibido el premio Cyberdark a no-se-sabe-bien-qué, que si se trata de un éxito de superventas, que si van a hacer una película de su libro... Parece un fenómeno mediático rutilante... sólo que a la que rascas un poco, la cosa es bien diferente. Por ejemplo, la editorial que le ha "publicado" el libro son de las que te publican lo que quieras mientras pagues la edición, claro.

Además, Joana Pol se atribuye el derecho a organizar una próxima Hispacón en Mallorca aprovechando con una ¿feria de ganado! a la que asiste mucha gente y decide aderezarlo con la asistencia estelar de personajes como Santiago Segura, Elijah Wood (sí, habéis oído bien) o Catherine Zeta Jones.

Aquí uno, que ya tiene una cierta mili a sus espaldas, empieza a mosquearse. ¿Frodo Bolsón en la misma mesa que Torrente? Mmmm... me da a mí que va a ser que no. Afortunadamente, la AEFCT (los que deciden quién organiza la HispaCon) irrumpe en el escenario y pide una retractación.

Lástima, porque el blog que se había montado Joana Pol sobre la HispaCon de Mallorca era memorable. Yo particularmente me quedaba con el desfile de Drag Queens, aunque ahora ya no va a poder ser, ¡sniff!

El revuelo en el fandom por eso, está servido. Reacciones furibundas contra ella, un club de fans que la defienden (con admirador enamorado incluido) y un blog de autobombo para dejar las cosas bien claritas. Además, como no podía ser menos, aparece súbitamente el blog del friki bocazas para no dejar títere sin cabeza.

(Cojo aire)

Después de todo esto, comprenderéis que debo hacer varias cosas, una tras la otra. La primera es, con cuidado, quitarme el sombrero (y procurar que no se me caiga la cabeza) ante la capacidad de autopromoción de esta mujer. Si tuviese una multinacional, la contrataba ipso facto como jefa de marketing.

Lo segundo, es admirarme de cómo nuevamente la realidad deja en paños menores a la ficción.

Y, finalmente, volverme a mi retiro veraniego del blog unos cuantos días más y proponer la siguiente reflexión:

¿De verdad queréis que alguien se nos tome en serio con estos espectáculos en nuestro seno?

17 agosto 2006

¡Pobres astrólogos!

(extraído y traducido de mi otro blog, A la balitresca)

¡Pobres astrólogos! Ellos tan seguros de sus previsiones basadas en vete a saber qué cálculos esotéricos y ahora vienen los astrónomos y dicen que en el sistema solar no hay nueve planetas, sino doce. ¡Ya me dirás cómo iban a cuadrar las cartas astrales!

Los astrónomos -que son los que estudian de verdad el Universo- están reunidos tratando de fijar definitivamente qué es un planeta y qué no. Hay una propuesta sobre la mesa que fija en doce el número de planetas de nuestro sistema solar, que quedaría de la siguiente manera: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Ceres, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón, Caronte y Xena (este último con nombre provisional).

Resulta que éste es el segundo palo reciente a los astrólogos, ya que hace unos años un estudio demostró que eso de doce constelaciones zodiacales, nanis, que hay trece y que, además, no todas se encuentran en el firmamento durante el mismo tiempo. Por lo tanto, todos los horóscopos basados en doce signos (vaya, todos los de los diarios, por ejemplo), son incorrectos.

Pero pensáis que esto iba a afectar a una ciencia tan consolidada y tan prestigiosa como la astrología? ¡Por favor! Ellos a la suya: a cobrar por ofrecer un servicio de muy dudosa reputación. Eso sí, la gente encantada de que los engañen porque esto de la astrología está de moda.

04 agosto 2006

Agradecimientos

Quisiera dar las gracias a todos los que han dejado comentarios en el blog o me han escrito un mail de ánimo.

Algunas de las cosas que me habéis dicho, me han hecho reflexionar. Es posible que después del verano retome el Blog, aunque no es nada seguro. Dependerá de si me he podido regenerar este verano lo suficiente.

En cualquier caso, no pienso borrar el blog. Si sigo será básicamente para hacer alguna reseña de libros leídos o para continuar con el proyecto de canon de narrativa breve, aunque paso de rollos macabeos de fandom y de egos sobredimensionados de algunos de los que por aquí pululan.

02 agosto 2006

El final de la metamorfosis

Bueno, pues no salió mariposa, que salió gusano. Finalizada la metamorfosis post-vacacional, he decidido poner punto final al Blog "El mundo de Yarhel". Hay varias razones para ello, que expondré sucintamente.

En primer lugar, no me apetece continuar. Así de simple. Éste es el motivo de mayor peso, ya que esto se había convertido en una especie de obligación que cada vez me motivaba menos.

Por otro lado, esto de escribir casi a diario durante más de medio año sobre un único tema, a mí al menos me cansa. Debe ser que no soy lo suficientemente friki. Todo mi respeto para los que sí que pueden ;)

¿Por qué estoy cansado? Aquí sí que hay bastantes motivos. Uno de los que quería resaltar es el de que tengo la sensación de que apenas hay gente interesada en lo que digo y, francamente, uno acaba pensando que está hablando con la pared. No pasa nada, pero cansa.

Por otro lado, también es cierto que el fandom ha acabado cansándome todavía más. Las discusiones estériles sobre temas que no le interesan más que a unos pocos, agotan. Eso sí, a quienes interesan, gritan mucho. Lo he podido ver recientemente en algunas actitudes de ciertos "prohombres" del fandom ante algunos "notables" ataques hacia "C, el hijo de Cyberdark" simplemente por hacer una reseña de una obra que no satisfacía al ego del autor.

Muchas veces me he preguntado por qué existe fandom en la ciencia ficción y no en otras literaturas. Al menos no un fandom tan activo y organizado. Por otro lado, también me he preguntado muchas veces por qué se nos mira como a bichos raros desde fuera del género y finalmente he llegado a la conclusión de que es así porque somos realmente bichos raros.

Desde luego que no me voy por eso (me encanta ser un bicho raro), pero no pienso dedicar más tiempo al fandom. Pienso seguir leyendo ciencia ficción y fantasía, con moderación, desde luego, sin esas prisas imperiosas por estar al día y competir infantilmente con los demás por ver quién sabe más de tal o cuál tema. Eso me angustia bastante y no lo encuentro sano.

Finalmente, mi opinión me la guardaré para mí mismo, ya que en definitiva no creo que haya muchos a quienes interese. Así no contribuiré a llenar más el cyberespacio de material indeseado, que no indeseable.

Suerte a los que os quedáis por estas tierras virtuales y espero que continuéis con lo vuestro. Yo os seguiré como un Anonimous más, de los que hay muchos. Hasta siempre.