22 junio 2006

Vacaciones

Me voy de vacaciones quince días, por lo que estaré un par de semanas sin actualizar el blog. Espero volver con las pilas recargadas. Pienso aprovechar parte del tiempo libre para leer, así que ya os contaré. Asimismo, espero poder empezar pronto a analizar los relatos de ciencia ficción del canon de narrativa breve.

El triángulo de las Bermudas y la Guía de Barceló

Ha llegado el mes de junio, para cuando estaba previsto el lanzamiento de la Nueva Guía de Ciencia Ficción de Miquel Barceló y, ¡oh sorpresa, qué raro!, aún no sale el libro en cuestión.

Creo que lo que está haciendo Ediciones B, Miquel Barceló o quien sea el responsable de este enorme desaguisado no tiene nombre. Llevan años jugando al gato y al ratón con los lectores, que si ahora la saco, que si ahora no la saco (la guía, se entiende, aunque podría ser la pata, también).

¡Por favor! Que dejen de tocarnos de una puñetera vez las narices y que salga cuando les dé la gana, pero que no la anuncien a bombo y platillo, porque la tomadura de pelo dura ya demasiado.

Nunca había visto tamaña informalidad en una editorial supuestamente seria. La verdad, es que últimamente se están cubriendo de gloria. Después de esperar tanto, corren el riesgo de cuando salga al mercado, muchos creamos que no merecía la pena la espera.

En fin, habrá que contratar algún buzo arriado para que rescate las guías de Barceló del fondo del triángulo de las Bermudas, que es donde parecen encontrarse.

21 junio 2006

Correlaciones: El año Mozart

El domingo pasado fui a ver el festival de fin de curso de la academia de mi pueblo (Puigcerdà) que estaba dedicado a Mozart, dado que este año se celebra el 250º aniversario de su nacimiento. Otro tanto de lo mismo en los conciertos de la vila de Llívia, que celebran su 25ª edición con un especial sobre el genial compositor de Salzburg.

En el festival de fin de curso, escenificaban algunos momentos de la vida del músico. Una de las propuestas que nos hacían es cómo sonaría la música de Mozart hoy día, con percusión y guitarra eléctrica. Así, los tradicionales acordes de la Marcha turca sonaban de manera muy diferente a como estamos acostumbrados a escucharlos.

Esa situación me trajo a la memoria uno de los relatos más memorables del cyberpunk: "Mozart con gafas de espejo", de Bruce Sterling y Lewis Shiner, contenida en la magnífica recopilación de relatos del subgénero, Mirrorshades (Ediciones Siruela).

Muchos compositores de música moderna ha reivindicado a Mozart para sí y han afirmado que si Mozart viviese, compondría la música que se escribe hoy día. Yo no lo tengo tan claro, pero reivindicar es gratis. Y es que la música de Mozart fue rompedora en algunos aspectos en su época, aunque quizá no tanto como sus exégetas nos han querido hacer creer.

En cuanto al relato en cuestión, no sólo contiene potentes imágenes difíciles de borrar, sino que también nos habla de una situación de explotación mutua entre el primer y el tercer mundo. El Mozart del relato es iconoclasta, descarado y sin demasiadas manías.

Desde aquí quiero llamar la atención sobre esta antología (Mirrorshades) que ha pasado un tanto desapercibida en el mundillo y que es una magnífica recopilación de relatos cyberpunk que ningún aficionado al género debería dejar de leer. Hacedme caso: no os arrepentiréis.

20 junio 2006

La plaga templario-masónica-cátara

El año pasado, en la Universidad de Verano de Puigcerdà me apunté a un curso interesantísimo sobre los cátaros impartido por una de las mayores autoridades españolas en el tema: Antoni Dalmau, autor de varias novelas y libros sobre la materia.

La verdad es que me atraía el tema pero no tenía apenas conocimientos de él y salí con un nivel bastante aceptable de la materia y, lo más importante, con la satisfacción de haber aprendido bastante sobre uno de los sucesos más turbulentos de la Edad Media, que contribuyeron notablemente a configurar las actuales estructuras territoriales de los estados español, francés y andorrano y en cuyo origen se encuentra la tan temida Inquisición.

Tal vez lo más remarcable de la cruzada emprendida contra los cátaros fue el exterminio sistemático de una de las culturas más ricas y florecientes de la Europa medieval: la occitana. La cruzada está llena de batallas decisivas (como la de Muret) y de sitios memorables (como el del castillo de Montsegur), de personajes fascinantes (Esclarmonda de Foix), tenebrosos (Arnau de Amalric o Simón de Montfort) y malhadados (Pere el Catòlic o Ramon Roger de Trencavel).

La cruzada albigense o contra los cátaros contiene todos los ingredientes para convertirla en una epopeya histórica memorable, sobre la que han corrido ríos de tinta por lo fascinante y terrible que fue.

Y sin embargo, hoy día, la moda es escribir libros sobre los cátaros que nada tienen que ver con los sucesos históricos. El catarismo está teñido desde hace más de un siglo con todo tipo de supercherías y misticismos absurdos que han excitado la imaginación de aquellos que no se han preocupado excesivamente por los detalles históricos.

Estamos ante aquello tan típico de que no permitas que la realidad te estropee una buena historia. Los libros pseudomísticos con tesoros ocultos, santos griales, conspiraciones templarias con conexiones cátaras y masónicas (!) están al orden del día. La moda de El Código Da Vinci lo ha hecho posible.

Así, es cada vez más difícil encontrar novelas o libros sobre los cátaros que no estén teñidos de sandeces esotéricas, tesoros imposibles y papiros de una edad incalculable que podrían hundir a la Iglesia Católica y provocar una revolución.

En fin, una pena. Más que nada, porque la cruzada contra los cátaros es de esos hechos históricos en que la realidad supera con creces a la ficción. En una época en que está de moda reivindicar los genocidios: el Holocausto judío, el armenio, los múltiples producidos en Asia y África... no estaría de menos reivindicar también el genocidio cátaro y occitano sobre el que se fundó la Francia moderna, con la inestimable ayuda del Vaticano y del que tan orgullosos parecen estar los franceses.

19 junio 2006

Mosquito

La inventiva humana no deja nunca de sorprenderme, en especial cuando es aplicada a los menesteres más increíbles que uno pueda imaginarse. La última muestra de ello es un sonido de alta frecuencia, apodado 'Mosquito' que sólo puede ser claramente percibido por los jóvenes, ya que por todos es conocido el hecho de que con la edad, uno pierde capacidad auditiva y percibe cada vez menos las altas frecuencias.

Lo sorprendente no es el hecho en sí, bien conocido y documentado. Lo verdaderamente curioso es la aplicación que se le ha dado en el Reino Unido. Al parecer, a muchos centros comerciales no les gusta tener cerca pandillas de jóvenes, o como alguno los ha catalogado, de "adolescentes desagradables". Solución, ponemos unos altavoces conectados a esta fuente de sonido casi ultrasónico y asunto solucionado.

Podríamos entrar en un largo debate acerca de los derechos de los adolescentes a poder pasear tranquilamente por la vía pública. También podríamos alegar que algunos adultos perciben dicho sonido y lo encuentran igual de repelente (como el que escribe estas líneas). Pero no, las consecuencias de los hechos siempre suelen ser inesperadas.

Al parecer, a los adolescentes, lejos de molestarles la iniciativa, les ha hecho gracia y han decidido utilizar el "mosquito" como timbre de su móvil. Así, por ejemplo, pueden saber en clase cuándo reciben un mensaje sin que el profesor -con menor resolución auditiva- ni se entera.

Especulando, creo que pronto veremos iniciativas en la misma línea, como tatuajes visibles sólo mediante gafas especiales o en determinadas situaciones. Lo que no inventen los jóvenes...

15 junio 2006

Ubi sunt?

Una de las cosas que hecho a faltar de mis lecturas de ciencia ficción es que hace mucho tiempo que no encuentro un libro del tipo ¡ooooh! Vaya, de esos que expanden la conciencia, que te presentan un nuevo enfoque del universo o un nuevo universo. De esos que cambian algo importante en tu vida.

Supongo que las primeras lecturas, que en mi caso datan de la adolescencia, difícilmente serán superadas después en novedad y originalidad, aunque éstas en sí no fuesen obras maestras, ya que son las primeras y quedan grabadas a fuego en nuestra memoria y condicionan, en buena medida, el enfoque que le damos a posteriores lecturas o, al menos, el tipo de lecturas que seleccionamos.

Aun así, de vez en cuando se van presentando libros maravillosos, pequeñas joyas, que nos fascinan por uno u otro motivo. Reconozco que cada vez me cuesta más encontrar cosas así. ¿Me estoy haciendo viejo? ¿La ciencia ficción ha perdido el sentido de la maravilla? ¿No hay nada nuevo bajo el sol? Son preguntas que me hago cada vez más.

He aprendido a valorar y apreciar otras cualidades en las obras de ciencia ficción y de fantasía, pero creo que sigo necesitando ese sentido de la maravilla de la época clásica que no acabo de encontrar por ningún sitio. Es cierto que aún me quedan por leer algunas obras clásicas importantes, así que no sé con total seguridad si es un problema únicamente mío o es una característica que afecta a la literatura fantástica contemporánea.

No obstante, no creo que sea una simple cuestión de experiencia personal. Por ejemplo, la última vez que dije ¡ooooh! fue cuando leí El Señor de los Anillos, hace apenas cuatro años, ya que no es la típica obra de mi adolescencia, sino que fue un descubrimiento tardío. No sé qué efecto hubiera producido en mí a los 16 años, pero sí sé el que produjo hace unos pocos.

Otra de las notables excepciones es buena parte de la obra de José Antonio Cotrina, en especial, los relatos y novelas cortas ambientadas en el universo de Las fuentes perdidas, como "Entre líneas" o el onírico "Lilith, el juicio de la Gorgona y la sonrisa de Salgari".

Es por ello que creo que la literatura fantástica actual ha madurado mucho en tratamientos narrativos, desarrollo de los personajes y tramas, pero cojea bastante de ideas y de sentido de la maravilla. Al menos lo que yo he leído últimamente.

14 junio 2006

Nuestra perdición

Para los que no vivimos en una gran ciudad, acceder a las últimas novedades bibliográficas -sobre todo si se trataba de libros de literatura fantástica- era harto difícil. Tal es mi caso. No obstante, con el advenimiento y auge de internet, se abrió una puerta para nosotros que era la venta a través de una web.

Pero seguían existiendo inconvenientes. El más importante era que si no vivías en una ciudad, el transporte o era muy costoso o muy lento y siempre acababas siendo el último mono de la cuerda. Y para mayor inri, no se molestaban demasiado en disimularlo. Así, comprar en las webs de las grandes superficies me dejaba un cierto regusto amargo. Eso cuando no tenías que escribir mails o llamar directamente por teléfono para reclamar parte de un pedido.

No entiendo que cueste tanto hacer las cosas bien. A fin de cuentas, no es tan difícil y es un negocio, no un servicio de beneficencia, a pesar de lo muy necesitados que estamos de carnaza la mayor parte de los frikis del fandom.

Afortunadamente hace un tiempo surgió una magnífica iniciativa, inicialmente ligada a Cyberdark.net y posteriormente -tras el cierre- independizada de éste, que es la Tienda. El autor de esta iniciativa fue David Fernández, alias el Cyber, ayudado por Lali, que es la que ha acabado llevando la Tienda.

La Tienda ofrece un estupendo servicio, tanto en diversidad de títulos como en rapidez en la adquisición de los títulos faltantes y, lo mejor, te tratan bien aunque vivas en el quinto pino. El servicio de transporte (MRW) es excelente, al menos en donde yo vivo y si el pedido supera una cierta cantidad, los portes te salen gratis.

Para la gente que vive en una gran ciudad y tiene la suerte de poder ir de compras y hojear los libros, supongo que el servicio no le supone tanta novedad ni es de tamaña utilidad, pero para los que vivimos alejados del mundanal ruido, ha sido nuestra bendición.

O nuestra perdición, porque algunos nos dejamos verdaderas fortunas en libros que, antes, dada la dificultad en conseguir los títulos, nos estaba vedado. En fin, todos salimos ganando cuando las cosas se hacen bien. Enhorabuena. Mientras, las estanterías de mi casa chirrían por el peso creciente que tienen que soportar...

13 junio 2006

Correlaciones: Longevos

El otro día recibí en casa la periódica visita de los Testigos de Jehová, que nos traen solícitos sus maravillosas revistas a fin de convertirnos a la verdadera fe. Dado que mi madre, lejos de hacer caso de mis sabios consejos y decirles que somos adoradores del diablo, encima les da conversación, la costumbre se ha convertido en rito y no hay manera de deshacerse de ellos. En fin... Eso sí, alguna ventaja tiene, porque ojeando su revista (sí, me da morbo) me ha dado la idea para el actual Correlaciones: la longevidad.

La larga vida es un tema recurrente en la ciencia ficción, más en una época en que los adelantos de la tecnología biomédica han permitido alargar la vida de los seres humanos hasta puntos inimaginables hace unos siglos. Y, de hecho, la tendencia supongo que seguirá incrementándose con el paso de las décadas.

Recientemente hubo una cierta polémica en España a raíz de la información de que se habían almacenado en un banco privado de células madre, los restos de sangre del condón umbilical de la infanta Leonor. Al parecer, estas células podrían permitir en el futuro desarrollar tratamientos terapéuticos muy útiles en la cura de enfermedades.

Sin duda, la longevidad y todo lo relacionado con ella es un tema de actualidad. Hace unos años, algunas compañías biotecnológicas investigaban en un remoto valle del norte de italia el genoma de sus habitantes que, al parecer tenían una media de vida muy superior al de la media.

Noticias como éstas serán cada vez más frecuentes. Cada dos por tres saltan a los medios de comunicación noticias sobre tal o cual descubrimiento de un gen que regula una proteína responsable de determinados efectos y la longevidad y la cura de enfermedades están en la búsqueda prioritaria de las grandes compañías farmacéuticas y biotecnológicas.

Es posible que en un futuro no muy lejano lleguemos al nivel de vida descrito por Asimov en algunas de sus novelas del Ciclo de los Robots (Bóvedas de acero, El sol desnudo, Los robots del amanecer, Robots e Imperio), en que los espacianos, es decir, los humanos que viven en otros planetas diferentes de la Tierra, han eliminado las enfermedades y gracias a ello y a la eugenesia, alcanzan esperanzas de vida de varios siglos.

La ciencia ficción ha tratado el tema de muy diversas maneras. Por un lado, se ha cuestionado acerca de la calidad de vida que tendrían los seres humanos centenarios. Ello puede verse en dos magníficos relatos: "El muro del trillón de euros" de César Mallorquí y "Flores de invernadero" de Mike Resnick.

Otra de las temáticas es el precio que hay que pagar para conseguir esta longevidad. En este campo me gustaría destacar dos narraciones muy diferentes pero con enfoques similares. Por un lado, la magnífica novela de Norman Spinrad Incordie a Jack Barron; por el otro, uno de los grandes relatos de Robert Silverberg: "Trasplante obligatorio".

Es evidente que la ciencia ficción es muy rica en analizar el tema de la longevidad, porque en el fondo encubre uno de los grandes temas que la Humanidad siempre ha soñado y que a veces pueden llegar a atormentarla: la inmortalidad. A fin de cuentas, somos mortales y es la muerte la que nos define en última instancia, pero toda nuestra sociedad moderna parece planteada para tratar de hacernos olvidar la muerte y una de sus puertas de entrada: la enfermedad.

12 junio 2006

Namarië

(Extraído de Días de vino y fandom)

RODADO EL PRIMER VIDEO SEXUAL EN QUENYA

Se ha publicado en Internet un vídeo que muestra una amplia gama de actividades de tipo sexual en la que tanto el diálogo (cuando hablan) que mantienen los dos protagonistas, el matrimonio de filólogos holandeses -Jan y Marina Van Donehön-, como las explicaciones que acompañan a los actos (unos cinco) en sí se producen en Quenya, la lengua de los elfos en El Señor de los Anillos.

Hay que reconocer que la iniciativa tiene su miga. Para empezar, tuvieron que idear todo un nuevo léxico para aludir a ciertas partes del cuerpo de los elfos que el bueno de Tolkien decidió soslayar, tan puritano como era él. Lo mismo puede decirse de los actos sexuales en sí.

Por otro lado, es significativo que hayan escogido el Quenya -que es la lengua sagrada- y no la habitual -el Sindarin- lo que parece demostrar una vocación desacralizadora e iconoclasta de la atrevida pareja de filólogos.

Esta iniciativa puede abrir toda una nueva industria filosexual en un mercado sediento de novedades. Ya me imagino el Kamasutra klingon (Cariño, deja de asesinar a tus amigos que llevo lencería atrevida), el Tantra vulcano-romulano (Cómo superar el ponnfarr en veinte lecciones prácticas) o, entrando en campos más zoofílicos, el Manual dinosexual en yilané.

Ahora ya sólo falta que España se presente a Eurovisión con una versión atrevida y con poca ropa del Namarië. Para que luego digan que la literatura fantástica no es interesante...

09 junio 2006

Momento dulce

Últimamente parece que corren buenos tiempos para el relato de ciencia ficción en España. De hecho, parece que la cosa va viento en popa para la edición de libros de literatura fantástica en español, lo que es siempre una buena noticia. Debo reconocer que mi escepticismo al respecto era notable hace apenas un año, pero parece que el mercado aguanta y que no se han producido hundimientos estrepitosos (toquemos madera).

Dos editoriales - Neverland Ediciones y Alianza Editorial- han decidido sacar al mercado sendas colecciones de libros de ciencia ficción y cuentan entre sus lanzamientos iniciales con libros de relatos. La primera, publica La transformación, del búlgaro Khristo Poshtakov, quien ha visto recientemente publicada en España su obra "Industria, luz y magia" en Bibliópolis. Por lo que respecta a la segunda editorial, nos ofrece Sueños nuevos por viejos, una recopilación con lo mejor de Mike Resnick.

Parece que los editores, si bien aún son reacios a la narrativa breve, empiezan a apostar por ella de nuevo, tras una larga travesía del desierto en que apenas se publicaban colecciones de relatos o antologías más allá de los escritores más vendidos (como Asimov y Clarke).

Gigamesh nos ofreció recientemente la edición de toda la obra de narrativa corta y ultracorta del maestro Fredric Brown en Ven y enloquece, y otros cuentos de marcianos y Luna de miel en el infierno, y otros cuentos de marcianos. Y Bibliópolis continúa apostando por sus recopilaciones Artifex (3ª época) y Paura.

Parece que vivimos un momento dulce, en que las principales editoriales del género se afianzan (Minotauro, Ediciones B, La Factoría de Ideas, Bibliópolis, Gigamesh), algunas de ellas incluso con libros de bolsillo. Asimismo, otras editoriales, lanzan colecciones de ciencia ficción al mercado (Alianza Editorial, Neverland, Roca).

Tengo una prueba fehaciente del buen momento del sector y es la gran cantidad de libros que se almacenan en las estanterías de mi casa sin poder ser leídos, debido al aluvión de novedades que cada mes salen al mercado.

Es cierto que también ha habido algún chasco, como la pérdida de la revista Asimov ciencia ficción y los Double, ambos de Robel, pero parece que las cosas no son como algunos de los agoreros predecíamos. La verdad, es que a veces, da gusto equivocarse. Toquemos madera, por eso...

02 junio 2006

Correlaciones: Pi en el cielo

La NASA anunció hace unos días "un alineamiento de astros [en el cielo] que será un magnífico espectáculo estelar" y que comprende varios planetas, un cúmulo estelar y la Luna. No es el primer alineamiento que podemos ver en los últimos años, aunque tiene bastante buena pinta.

Esto me recordó al delicioso relato de Fredric Brown "Pi en el cielo" ("Pi in the Sky", que juega con el doble sentido de la frase como "es pura fantasía") sobre un extraño fenómeno de distorsión estelar que empieza a distinguirse sobre los cielos de la Tierra y que tiene un peculiar origen.

Desgraciadamente, a pesar de que de vez en cuando los periódicos publican noticias astronómicas, cada vez resulta más difícil apreciar el cielo nocturno en buenas condiciones de observación. La causa es la creciente contaminación lumínica, que no sólo atenaza a las ciudades, sino que ha llegado también a las zonas rurales.

Debido a la furia edificadora de nuestro país, incluso en las zonas alejadas de la ciudad, han proliferado las urbanizaciones, que suelen estar profusamente iluminadas, aunque no viva nadie en ellas entre semana y, a veces, durante buena parte del año.

Por ello, para poder apreciar fenómenos celestes nocturnos -cometas, lluvias de meteoritos, alineamientos, etc- se vuelve imperioso coger el coche y largarse a la montaña, a algún lugar alejano del mundanal ruido (luminoso) que nos inunda.

Hace unos años, incluso se planteó la posibilidad de utilizar espejos orbitales, láseres y satélites para poner publicidad en el cielo. Espero que la técnica no avance nunca lo suficiente o que, en caso de que así sea, haya leyes que lo prohiban. El cielo es patrimonio de todos, no de unos pocos y ya tenemos bastante publicidad en el suelo como para que polucionen el firmamento también.

Recuerdo un anuncio que apareció en la prensa en que se veía un ladrón robando las estrellas y que alertaba sobre la contaminación lumínica. Y es que se han redactado leyes en algunos lugares para prevenir esta contaminación, pero o son excesivamente tolerantes o no se aplican. ¿Qué raro, no?

Después, cada dos por tres, nos atacan con campañas institucionales diciendo que ahorremos energía. Pero el derroche que tenemos cada noche en todo el planeta para iluminar la cara nocturna no parece preocuparle a nadie. Si examinamos las fotografías nocturnas de la Tierra desde el espacio podemos apreciar que cada vez se parece más a nuestra idea de Trántor o de Coruscant que a la del planeta azul.

Tal vez, como uno de los miedos atávicos del ser humano es la oscuridad, no veamos esta situación como un problema, sino como una solución. Así nos luce y nunca mejor dicho.

01 junio 2006

Sectas frikis y otros animales

(Extraído de The Telegraph, el 18/05/2006)

La policia investiga a un grupo de seguidores de Gor

La policía de Durhan ha llevado a cabo una redada contra un grupo de carácter supuestamente sectario que realizaba prácticas sexuales sadomasoquistas, basándose en la serie de novelas de John Norman, el mundo de Gor. El caso salió a luz cuando la policía hizo una redada en una dirección en Darlington tras la denuncia de una mujer que estaba siendo retenida contra su voluntad, que resultó ser una participante voluntaria, por lo que la policía no pudo actuar.

La secta en cuestión -los Kaotians- son una escisión de los Goreans, que según estimaciones superan los 25.000 seguidores en toda América.

Ambos grupos basan sus relaciones de dominio y sometimiento en una serie de novelas escritas por John Norman. Las Crónicas de Gor muestran una sociedad en la tierra de Gor, que se divide en castas, y donde las mujeres son tratadas como esclavos[...]

La noticia confirma mis profundas sospechas de que hay gente muy rara por ahí suelta, que se aferran a las cosas más inusitadas y estrambóticas para montarse el chiringuito y desbarrar a más no poder. Vaya, que si uno es un sádico, un masoca o las dos cosas, pues muy bien, que lo disfrute, pero utilizar un libro como excusa...

... Pero ya puestos...

... ¿Qué tal una secta basada en Dune? Una panda de lunáticos que se hacen llamar los Fremen ataviados con destiltrajes de fabricación casera, se internan en el Gran Desierto de Arena australiano en busca de la redención. Comen lo que encuentran y se hallan expuestos a la picadura de temibles serpientes e insectos, capaces de necrotizar a un individuo años después de la picadura.

Todos ellos consumen una droga que llaman Melange que extraen de los excrementos de un gusano, que les hace volar y que según ellos les permite ver el futuro y vivir muchos años más.

Además, las guerras intestinas entre ellos son comunes. Se pelean por cuestiones de honor mediante unos afilados puñales que llaman crys que siempre llevan con ellos y que dirimen con la muerte de uno (o ambos) contrincantes.

Aunque la Melange es su centro de devoción, no descartan meterse en el cuerpo todo tipo de sustancias psicotrópicas.

Yo particularmente, me adheriré a una secta de botánicos fanáticos -los Enciclopedistas- que, refugiados en las montañas pirenaicas, destinan su vida a compilar todo el saber fitológico de la cordillera. Finalmente, sufriremos un golpe de estado a manos de un joven botánico ambicioso que reconducirá nuestras vidas y montará una industria consistente en venderle a los Fremen hojas y bayas psicotrópicas, cosa que nos permitirá progresar económicamente e iniciar un imperio económico, según dictan las sacrosantas leyes de la Psicohistoria.

Para que luego digan que somos frikis...