25 febrero 2009

Bebés jugando con cuchillos / Santiago Eximeno

Bebés jugando con cuchillos es de esos libros curiosos, absorbentes y extraños, que no dejan indiferente a nadie tras su lectura. Para empezar, debo reconocer que tengo una especial debilidad por los escritos de Santiago Eximeno, especialmente por su narrativa breve, que encuentro deliciosa.

Éste es de esos libros un poco al uso actual, con hibridaciones de género (no sabemos muy bien muchas veces si estamos ante un relato de ciencia ficción, de fantasía o de terror) y con elementos mestizos que Santiago Eximeno domina bastante bien.

En "Propiedad Intelectual" estamos ante un relato de horror fantástico, un tanto alegórico, sobre la fagocitación de las ideas y la peculiar relación entre el escritor que las recibe y la "víctima" que las explica.

"F.A.Q." nos describe un mundo futuro (¿futuro?) mórbido y morboso, dominado por los omniscientes medios de comunicación unipersonales, extrapolación de las actuales tendencias "youtubísticas" de buena parte de los cyberpobladores, con situaciones límite verdaderamente espeluznantes.

"Días de Otoño", Premio Ignotus 2006 es uno de esos relatos que me ha encantado poder volver a leer. Trata sobre la vejez, la esperanza y sobre la última oportunidad de conseguir un "éxito" en la vida. Lo mejor, además del ambiente crepuscular que transmite, es su abierto final, que admite la doble interpretación.

"Todo lo que siempre quiso" es otro viejo conocido que me ha impactado mucho más que la primera vez que lo léi. Trata de una pareja que está de vacaciones y que llega a un extraño pueblo del que aparentemente no puede escapar.

En "El instante más triste", I Premio Pasadizo Ciencia-Ficción, es tal vez uno de los relatos más simples pero más impactantes de la recopilación y trata sobre el peculiar comportamiento de los humanos que están explorando un mundo con razas inteligentes. Demoledor y sin contemplaciones y me temo que claramente definitorio de la esencia humana.

"Origami" Premio Ignotus 2003 es un bello relato fantástico sobre dos seres alienados que aparentemente no tienen nada en común: un anciano dejado en una residencia que espera apaciblemente el final de sus días y un joven inquieto con un extraordinario don para el origami.

"La hora de la verdad" es un relato con formato de documento explicativo sobre cómo afrontar la muerte. Lo que aparentemente empieza siendo algo bastante rutinario, nos acaba describiendo las extrañas y variopintas costumbres funerarias de un futuro próximo. Verdaderamente inquietante.

"Zarza" es un magnífico relato sobre la alteridad, sobre lo extraño, sobre los perros verdes, en este caso, sobre una niña dotadas de una peculiares habilidades que le hacen imposible el relacionarse de manera normal con la gente de su alrededor.

"Lo más dulce" es un extraño relato perteneciente el ciclo de "Umbría" de horror sobrenatural introducido de manera aparentemente natural en un entorno que se vuelve poco a poco en francamente inquietante.

"Vivo en tu armario" es una pequeña joya, una verdadera maravilla, que demuestra lo que el autor es capaz de hacer con unas pocas palabras. Digno de una antología del género, en la línea de las short short stories de Fredric Brown.

"Anunciación" es uno de los relatos más propiamente de ciencia ficción de la antología, aunque con ciertas reminiscencias fantásticas. La Humanidad, diezmada por una siniestra invasión alienígena, planea su venganza con el devenir de los siglos en la figura de unos ángeles exterminadores. Con ciertas remeniscencias a "Giza" de Joe Haldeman y a Los solarianos, de Norman Spinrad.

"Al final de este viaje" es uno de los más logrados relatos de la recopilación, en el que se mezcla la más anodina realidad cubana con la presencia de unos ángeles exterminadores llegados del cielo. Notablemente poético.

"Fragmentos de una flor de pétalos carmesí" es para mí el más previsible de los relatos del libro, aunque su particular forma de narración temporal lo hace algo más interesante.

"Cuerdas" es uno de esos relatos que nos hablan sobre la última moda en juguetes o cachivaches que todo el mundo tiene y que termina como el rosario de la aurora. Inquietante.

"Al caer la noche" es un bello relato de terror que deja muy buen sabor de boca y ganas a que el autor se decida algún día a continuar escribiendo sobre el mundo que describe en el relato. Una vuelta de tuerca más sobre un clásico del terror sobrenatural.

En "Por un puñado de dólares" es un mestizaje entre el western y el terror sobrenatural lovecraftiano que funciona bien, en parte por lo inesperado del paisaje.

"Polaroid" está compuesto por una serie de instantáneas literarias, a cual más sangrienta e inquietante que la anterior, que dejan persistencia en la visión del lector.

Finalmente, "Huerto de cruces" Premio Xatafi-Cyberdark 2007 y I Premio Vórtice Terror 2005 es un clásico relato de zombies ambientado en un lugar y tiempo indefinidos.

En esencia, una buena recopilación de relatos fantásticos y una buena introducción al autor si aún no se lo conoce.

19 febrero 2009

Los otros

Uno de los temas que más me fascinan en la ciencia ficción es el de la antropología, que puede estar disfrazada de xeobiología. La manera en que el ser humano trataría a otras civilizaciones extraterrestres, generalmente de menor nivel tecnológico que el suyo, marcaría claramente cómo somos como especie y nos definiría de mejor manera que cualquier análisis detallado en una enciclopedia al uso.

Hay algunos relatos fascinantes en este ámbito. Tal vez uno de los más conocidos sea El nombre del mundo es bosque, un maravilloso relato de Ursula K. LeGuin en clave antropológica y con el trasfondo de la guerra de Vietman, en el que se recoge el choque entre una civilización humana militarista y despiadada y otra totalmente diferente.

Otra novela enormemente demoledora a tal efecto es Un caso de conciencia, de James Blish, en que el choque de civilizaciones se produce, entre otras cosas, por cuestiones de carácter religioso.

Un reciente relato que me dejó muy pensativo y de una cierta mala leche es el magnífico "El instante más triste", I Premio Pasadizo Ciencia Ficción, de Santiago Eximeno, contenido en la antología Bebés jugando con cuchillos, con un cierto aire al también magnífico Lágrimas de luz, de Rafa Marín, en que una corporación terrestre se dedica a arrasar los mundos que encuentra a su paso en nombre del progreso y para beneficio propio de la corporación.

Este tipo de relatos son, tristemente, muy frecuentes. ¿Por qué? Pues porque tal vez esa sea nuestra descarnada naturaleza. Tal vez, el relato más clarificador en este sentido sea el multipremiado "Siete vistas de la garganta de Olduvai", de Mike Resnick.

Tal vez el mono (o el reptil) que llevamos dentro nos impida tener compasión por los que son diferentes. Tal vez nuestro sistema reptiliano sea mucho más poderoso y nos influya mucho más de lo que es políticamente correcto reconocer. Pero tampoco hay que salir a las estrellas para darse cuenta: basta echar una simple ojeada a los diarios en cualquier momento. Si ése es el trato que nos damos los unos a los otros, ¿qué no haremos con los demás, que nos importan mucho menos?

13 febrero 2009

Futuros peligrosos / Elia Barceló

Futuros peligrosos es una recopilación de relatos de fantasía y ciencia ficción de la escritora Elia Barceló. Se trata de una colección muy interesante, tanto por el contenido en sí mismo, como por la variedad de registros que toca, puiblicada en una colección de literatura juvenil, aunque estrictamente no lo sea.

"El deseo de tu corazón" es una narración sobre lo peligroso que podría ser que nuestros deseos más secretos se hiciesen realidad, con final sorpresa. Es de los pocos relatos de la recopilación que podrían catalogarse de "juveniles" y que no acaba de cuadrar con el resto de narraciones del libro.

"El hombre de cristal" es una historia de un mundo en que trabajar se ha convertido en algo innecesario y sobre lo difícil que es conseguir un puesto a partir de una entrevista de trabajo, en que el seleccionador de personal tiene acceso a todos nuestros datos personales. Una realidad tristemente más cercana y posible de lo que nos gusta reconocer.

"Viejos", en la misma línea distópica que el relato anterior, nos habla de un mundo en que las clases pasivas, especialmente los ancianos, son mayoría y viven literalmente a expensas de las clases jóvenes trabajadoras. Una posibilidad que podría materializarse en un futuro no muy lejano de seguir Occidente con tasas de natalidad tan bajas.

"Mil euros por tu vida" es uno de los relatos más impactantes de la antología. Mediante una sofisticada tecnología, las personas pueden trasplantar sus recuerdos y su personalidad al cerebro de gente joven del tercer mundo y utilizar sus cuerpos la mayor parte del día. Una crítica demoledora a la explotación de los pobres por parte de los ricos.

En una clave parecida, aunque muchísimo más cruel y con notables dosis de mala uva, la escritora nos ofrece el relato "Noche de sábado", una crítica demoledora de los reality shows, la televisión basura, el exceso del mal uso de las tecnologías en adolescentes, el maltrato dado a los inmigrantes en nuestro país, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y el abismo existente entre unas personas que no tienen nada y otras que nadan en la opulencia.

"Fumando espero" es otro relato sobre la vejez y sobre un mundo en que prácticamente todo lo que afecta negativamente a la salud ha sido prohibido: el alcohol, el tabaco, las grasas, los dulces... y en el que se ha sustituido una vida plena por una vida larga. Un relato que recuerda bastante a "Flores de invernadero", de Mike Resnick.

Finalmente, en "Muertos" se nos habla de una tecnología que mediante la clonación y la transmisión de los recuerdos hace posible alargar la vida de una persona, con la consecuente deshumanización que se produce.

Elia Barceló ha conseguido presentarnos una serie de futuros, básicamente distópicos, que hacen honor al título (Futuros peligrosos) y sobre los que lanza un grito de alarma, ya que son futuros -por desgracia- bastante probables.

12 febrero 2009

Correlaciones: Sigue nevando

Este año, los frentes fríos nos están dejando un panorama blanco y gélido en la península Ibérica. En el norte, especialmente en las zonas de montaña, no para de nevar, día sí, día también. Y aunque ello ponga especialmente contentos a quienes viven del turismo blanco, no deja de ser un incordio para los ciudadanos de a pie que tenemos que lidiar con la dichosa nieve -que después suele convertirse en hielo- en carreteras, calles y demás vías de paso.

Me recuerda a uno de los primeros documentos humorísticos que circularon masivamente años ha por internet, bajo el título de "Cartas de un estudiante", en donde se narraba el cambio de actitud de un universitario que se trasladaba a Helsinki, respecto de la nieve y de las condiciones de invierno perpetuo allí imperantes.

Concretamente, se pasaba en pocos meses de un delicado:

"¡La nieve es tan bonita! Parece algodón blanco. Esto está precioso, todo nevado. [...] ¿Sabéis lo que me pasó? De camino aquí apareció por la carretera un reno. ¡Qué cosa más bonita! En mi vida he visto animal más majestuoso. Parecía sacado de un cuento."

A un patético y sarcástico:

"Esto es una mierda. Esto es como el infierno pero con el aire acondicionado a toda ostia. [...]Aquí no hace más que caer nieve todo el puto día. ¿Qué digo nieve?; mierda blanca, porque esto es mierda blanca. [...] Luego, de camino a la universidad, he atropellado un puto reno. El cabrón se ha cruzado sin avisar. El reno, en mi vida he visto animal más hijo de puta… Y encima, ¡que te crees tú que me lo he cargado! El cabrón ha salido por patas mientras yo me quedaba en mitad de la nada con el radiador reventado."

Pues algo parecido me sucede a mí, que comienzo a estar cansadito de tanta belleza cristalina, oro blanco y frío de las narices. Como mínimo me sirve para recordar algunos buenos relatos de ciencia ficción en que la nieve y el hielo son los protagonistas, ya sea como fenómenos más o menos naturales, ya sea como resultado de un nada halagüeño invierno nuclear.

Así, por ejemplo, tenemos el bello y coral relato de Connie Willis: "Igual que aquellas que soliamos tener" ("Just Like the Ones We Used to Know", 2003) o bien otro relato de la misma autora, esta vez en clave de invierno nuclear: "Una carta de los Cleary" ("A Letter from the Clearys", 1982), premio Nebula 1983.

En una línea parecida, aunque mucho más melodramática, está el estremecedor relato de Frederik Pohl, "La paradoja de Fermi" ("Fermi and Frost", 1985), Premio Hugo 1986, sobre una Islandia postnuclear y una Humanidad al borde de la desaparición.

Particularmente, prefiero quedarme con los relatos de Connie Willis sobre las Navidades. Tal vez sean más dulzones, pero también son más esperanzadores, aunque no por ello debemos olvidar las alertas de relatos más intranquilizantes.

11 febrero 2009

Los hechos de la vida / Graham Joyce

Éste es el segundo libro que me leo del autor, después de El fin de mi vida y, al igual que con el anterior, puedo decir que me ha encantado y he disfrutado enormemente con su lectura, hasta el punto de que la he retardado deliberadamente para poder paladearla mejor, cosa que me sucede más bien con pocos libros y con menos autores.

Los hechos de la vida relata la historia de una peculiar familia matriarcal de siete hermanas de Coventry durante y después de la II Guerra Mundial, regidas por una formidable madre, de fuerte carácter e ideas claras, en cuyo seno se esconde un secreto: algunos de sus miembros tienen una especial relación con el otro mundo. Es decir, pueden ver fantasmas y reciben mensajes de éstos.

Concretamente, es la historia del misterioso hijo de la séptima hija, -Cassi o Cassandra-, quien al igual que su tocaya griega puede percibir lo que va a suceder pero está condenada a no ser creída por nadie.

La prosa de de Joyce es sencilla y directa, pero terriblemente elegante y efectiva. La narración se divide en pequeños capítulos de temática cerrada que van haciendo avanzar la trama hasta su conclusión, momento en que todas las piezas del artificio literario cuadrarán.

Solamente en uno de los capítulos, el autor se permite un interesante y casi onírico flashback, que corresponde al terrible bombardeo alemán que arrasó Coventry y que está en el centro de todos los misterios de la novela.

Uno de los hechos más destacados es cómo el elemento fantástico se introduce de manera completamente natural en la narración y, aunque acaba siendo el principal centro de interés, está perfectamente integrado en la trama, que es profundamente adictiva y que explica las vicisitudes de esta peculiar y atípica familia inglesa.

Joyce nos plantea un universo local (él nació en Coventry), con una serie de elementos y personajes con muchos puntos de contacto con los de otras novelas. Así, la comadrona o la mujer liberada en una época en que no está de moda serlo, son comunes a varios de sus libros.

Espero que no sea el último libro de Joyce que se publica en nuestro país y que podamos seguir disfrutando de sus excelentes narraciones, a medio camino entre la fantasía y la realidad.

Sólo un apunte adicional: a pesar de la temática de fantasmas y espíritus, no se aprecia ningún elemento de terror sobrenatural. De hecho, en ningún momento la narración produce miedo (y soy especialmente sensible a ese tipo de narraciones), por lo que no acabo de entender por qué se ha incluído esta novela en una colección de terror. En fin, una pena, porque creo que debería estar más bien en una de fantasía, cosa que le haría más honor.

05 febrero 2009

Lo mejor de Connie Willis (I) / Connie Willis

Connie Willis es especialista en cháchara. Con ello no estoy efectuando ninguna crítica negativa. La cháchara puede ser muy interesante e incluso literaria, como es el caso de Willis, pero el estilo es inconfundible.

A veces la cháchara es más o menos intrascendente, como en "A finales del Cretácico"; en otras, imita un cierto lenguaje, como en "Todas mis queridas hijas" y en otros casos, es sencillamente magistral, como en "Brigada de incendios", aunque la mayor parte de las veces se queda a medio camino, como en "Luna azul" o en "Cartas de Navidad".

La primera parte de esta recopilación de los mejores relatos de Connie Willis es bastante interesante, aunque se trata de una mezcla bastante heterogénea de lo mejor y de lo no tan mejor. Se nota que hay material de relleno.

"Los vientos de Marble Arc" ("The Winds of Marble Arch", 1999), que obtuvo el premio Hugo 2000 es tal vez uno de los mejores relatos de esta recopilación. En ella se combinan ciertas reflexiones sobre el envejecimiento y la decadencia en el presente con los bombardeos alemanes sobre Londres durante la II Guerra Mundial, uno de los iconos preferidos de Willis.

"Luna azul" ("Blued Moon", 1984) es una intrascendente historia cargada de retórica de carácter amoroso que juega con el especial significado que tiene el inglés el término "Blued Moon" (la segunda luna llena de un mes), que está asociado a la suerte y un programa industrial para deshacerse de cierto tipo de residuos.

"Igual que aquellas que soliamos tener" ("Just Like the Ones We Used to Know", 2003) es una gran historia coral sobre las Navidades y sobre un fenómeno meteorológico atípico y sobre cómo afecta a sus diferentes protagonistas.

"Daisy, al sol" ("Daisy, in the sun", 1979) es un relato oscuro, de los primeros tiempos de Willis, tal vez más literario y esperimental, claramente distópico y algo difícil de interpretar, sobre la posibilidad de que el sol se convierta en nova.

"Una carta de los Cleary" ("A Letter from the Clearys", 1982), premio Nebula 1983 es un bello relato sobre el invierno nuclear y sobre cómo los tiempos pasados pueden interrumpir en el presente causando una cierta conmoción.

"Cartas de Navidad" ("Newsletter", 1997), premio Locus 1998 es un excéntrico relato sobre una supuesta invasión alienígena aparentemente positiva que afecta a los seres humanos y los vuelve mejores personas, con historia de amor incluida y con el típico transfondo navideño que tanto le gusta a la autora.

"Brigada de incendios" ("Fire Watch", 1982), premios Hugo 1983 y Nebula 1983 es, sin duda, el mejor relato de la colección y probablemente de lo mejorcito que ha escrito Connie Willis. Trata sobre un historiador que debe efectuar su trabajo de final de carrera siendo transportado al pasado, al bombardeo alemán sobre Londres y cuya misión es evitar las bombas incendiarias sobre la catedral de St. Paul. Este relato, con un magnífico final, nos muestra lo mejor de la prosa de Willis, cuando consigue que todos los elementos se encuentren en sintonía, como sucede en El Libro del Día del Juicio Final.

"Directos a Portales" ("Nonstop to Portales", 1996), premio Ignotus 2000 es un simpático homenaje al escritor de ciencia ficción Jack Williamson, aunque como relato de ciencia ficción, también funciona bastante bien.

"Ruido" ("Ado", 1988) es uno de esos clásicos relatos de cháchara de Willis, bastante irónico, sobre la censura y los grupos de presión aplicados al sistema educativo.

También sobre el sistema educativo y sobre las "peculiares" nuevas tendencias en la enseñanza trata "A finales del Cretácico" ("In the Late Cretaceous", 1991), aunque es más aburrido y no acaba de tener demasiada trascendencia.

Finalmente, "Todas mis queridas hijas" ("All My Darling Daughters", 1985), un extraño relato sobre el abuso infantil y sobre la vida en una especie de internado, en el que la autora nos sitúa de golpe en un entorno extraño, con un neolenguaje juvenil que complica aún más la comprensión de los hechos.

Resumiendo: una buena selección de los mejores relatos de Connie Willis, por los que merece la pena leer este libro, especialmente si no se han leído con anterioridad, aunque reconozco que la segunda lectura de "Fire Watch" ha sido aún más satisfactoria que la primera en su día.

03 febrero 2009

La crisis y la ciencia ficción

Mucho se ha hablado de la presunta y siempre notoria crisis de la ciencia ficción, su muerte anunciada y su dilución en el mainstream. No voy a abundar más en el tema. Pero sí que quiero hablar de la crisis y la ciencia ficción.

El otro día comentaba con un amigo propietario de una librería si habían notado mucho la crisis. Vaya, si las ventas habían disminuido. Para sorpresa mía me dijo que todo lo contrario: que estaba facturando más que durante el año pasado en el mismo período.

Tiene su lógica: la gente sale menos y por lo tanto tira de la televisión y de la lectura como ocio relativamente barato. Un buen libro, que cuesta unos pocos euros (es un decir), puede proporcionar un montón de horas de ocio a un precio relativamente reducido.

La pregunta que me hago es: si esto es así, ¿cómo es que todas las colecciones de ciencia ficción españolas parecen ir de baja? ¿Por qué parece que todas se encuentran en un estado lamentable?

Algunas, prácticamente han parado su producción o están bajo mínimos. Otras, introducen en sus catálogos elementos extraños para ver si atraen a más público y otras, al fin, se limitan a apostar por caballos ganadores -autores consolidados de renombre, de los que siempre venden- mientras esperan a que lleguen tiempos mejores.

Si las ventas de libros parecen haber aumentado, ¿por qué este fenómeno no parece llegar a la ciencia ficción? Desde luego, es una impresión meramente subjetiva. Es posible que el incremento de ventas sea algo espúreo o poco visible. Es posible que no afecte de la misma manera al mercado de best-sellers que al mercado tradicional de títulos de ciencia ficción, pero aún así, me pregunto el porqué de esta aparente paradoja.

Es posible que, simplemente, la crisis haya pillado al mercado de la ciencia ficción en horas bajas y éste no haya tenido tiempo aún de reaccionar. O tal vez, los editores se estén concentrando en mercados más rentables, ahora que los tiempos parecen aciagos. Quién sabe...