18 septiembre 2012

El futuro de la ciencia ficción


En un mundo tan hipertecnificado como en el que vivimos, a veces me pregunto por el futuro de la ciencia ficción. Ésta, entendida como prospectiva o como especulación sobre las tecnologías y los avances científicos se está quedando bastante desfasada. No me extraña que triúnfe la fantasía, valor refugio de los tiempos revueltos que nos han tocado, cual maldición china.

Siempre podemos recurrir a la vertienta escapista de la ciencia ficción y darle a la space opera aunque creo que es un recurso bastante manido, también. La ciencia ficción filosófica o utópica parece que tampoco están muy de moda y si tenemos que recurrir a la ciencia ficción distópica, puede que acabemos todos con una depresión de caballo.

Tal vez uno de los subgéneros que mejor resisten el paso del tiempo sea el de las ucronías, a caballo entre la ciencia ficción y la historia.

A mí, particularmente me cuesta mucho leer esas novelas sobre la singularidad tecnológica, que describen mundos futuristas ultratecnificados en los que nuestras coordenadas culturales se desvanecen ipso facto y que son terriblemente difíciles de seguir. Lo peor es que después suelen contarnos historias bastante simplonas. Parece que el escritor ha gastado su patrimonio neuronal creando un mundo increíble y ya no le ha quedado nada para añadirle un poco de chicha a la historia.

Las space opera no están mal, pero a la larga son bastante repetitivas. Cuando no tenemos un mejunje de razas alienígenas conviviendo en mejor o peor armonía, tenemos una historia de batallitas militares que acaban hastiando.

Por ello creo que la ciencia ficción necesita renovarse. No sé hacia dónde o cómo, pero sí que tengo claro que si no lo hace pronto, acabará convirtiéndose en algo histórico, en algo más minoritario de lo que ya es. Tal vez la fantasía tome el relevo, no lo sé, pero tengo claro que algo huele a rancio en el sur de Dinamarca.