Quis custodiet ipsos custodes?
También Fabricantes
de Sueños 2012 – 2013 podemos encontrar un inquietante: “Mujer de
ojos acerados”, del mexicano Luis Eduardo García, en clave distópica.
Nos encontramos en un
mundo en el que el crimen y la violencia han obligado a la existencia de una
especie de Gran Hermano, un departamento del estado encargado de vigilar la
vida de sus ciudadanos en sus propias casas, mediante cámaras y micrófonos,
teóricamente para luchar contra el terrorismo y asegurar la paz y el bienestar.
A parte de la trama en
sí, el relato nos hace pensar en algo que cada vez se está convirtiendo en una
constante: la omnisciente presencia de cámaras de vigilancia y de otros
mecanismos activos de control de la gente.
A las puertas de la
revolución del internet de las cosas, no quiero ni imaginarme en qué clase de
pesadilla orwelliana puede convertirse nuestro mundo si las cosas se
descontrolan si quiera un poco. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a renunciar
a nuestras libertades a cambio de una supuesta seguridad?
El relato plantea
también otro clásico tema de la vigilancia: el quis custodiet ipsos custodes?:
¿quién vigila a los vigilantes? Mientras nuestra sociedad no sea capaz de dar
una respuesta adecuada a esa pregunta, estaremos en un tris de caer en una
sociedad de tintes absolutistas.
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