21 julio 2016

Se busca homínido para compartir planeta



Últimamente he estado leyendo bastantes libros relacionados con la evolución de la especie humana y uno no deja de preguntarse qué habría sucedido si hubiésemos acabando compartiendo la Tierra con alguna otra especie de homínido, ahora extinto, como por ejemplo, los Neanderthales.

La ciencia ficción ha tratado el tema en alguna ocasión, aunque casi siempre ha sido desde el punto de vista de visitar un mundo alternativo o el pasado. Así tenemos espléndidas novelas como Los herederos de William Golding.

También tenemos el archiconocido relato de Isaav Asimov, “El niño feo” (“The Ugly Little Boy”, 1959), en que unos investigadores consiguen traer del pasado una cría de Neanderthal. El relato es extremadamente emotivo, rayando el patetismo.

También tenemos la trilogía de Robert J. Sawyer formada por Homínidos, Humanos e Híbridos. Las novelas se basan en la premisa de un experimento científico que hace posible la interacción entre dos universos paralelos: en uno de ellos han predominado los Neanderthales y el otro es el nuestro.

Un planteamiento similar lo encontramos en la novela de Robert MacBride Allen, Huérfanos de la creación, en donde en un mundo alternativo, varias especies de Autralopithecus han sobrevivido.

Finalmente, me gustaría destacar el interesante relato de León Arsenal, “El misterio de los orígenes”, contenido en la antología Besos de alacrán y otros relatos, en donde unos homínidos diferentes de nosotros conviven con nuestra especie, coexistiendo de manera totalmente discreta.

¿Qué hubiera sucedido si los Neanderthales o el Homo erectus no se hubiesen extinguido? ¿Hubiéramos acabado extinguiéndolos igualmente más tarde? ¿Habría sido posible la convivencia? Me gustaría pensar que sí, aunque la historia del Homo sapiens es tozudamente violenta y poco esperanzadora al respecto.