01 junio 2016

Los bondadosos alienígenas



Entre el mundo científico, en general, hay dos grandes grupos de entre los que creen que las civilizaciones extraterrestres pudieran existir: aquellos que creen que, de existir, serían intrínsecamente benévolas y aquellos que suponen que si existen serán agresivos e imperialistas.

Incluso podríamos añadir otro punto de vista: independientemente de sus intenciones, tratar con ellos sería un desastre para la Humanidad, pues si están menos avanzados que nosotros, lo más probable es acabáramos abusando de ellos o incluso los llevásemos a la extinción y si fuesen mucho más avanzados, ya hemos visto qué sucede en nuestro mundo cuando la civilización avanzada entra en contacto con la más primitiva: que esta segunda acaba pagando el pato y suele desaparecer al cabo de poco tiempo.

Está claro que si los alienígenas fuesen agresivos, ello sería un buen motivo para evitar su contacto y huir de ellos como de la peste. De hecho, ya tardamos en sustituir nuestras comunicaciones por ondas electromagnéticas, por cosas más “seguras” y menos visibles desde el espacio, como la fibra óptica, por poner un ejemplo.

Si los alienígenas fuesen benévolos y más avanzados que nosotros, tal vez estuviesen tan allá en su tecnología y filosofía que fuesen totalmente incomprensibles. Incluso si solamente fuesen algo más avanzados que nosotros, tal vez nos frustraría obtener su tecnología directamente, a cambio de nada, en vez de desarrollarla nosotros mismos.

No olvidemos que uno de los elementos más excitantes del progreso científico y tecnológico es saber que uno ha conseguido algo único, algo por primera vez. Si nos limitásemos a copiar una tecnología preexistente, por muy excitante que fuese, creo que nos llevaría a un callejón sin salida evolutiva.

Y en cualquier caso, por benévolos que fuesen, me temo que acabaríamos sucumbiendo.

Es por ello que tal vez no sean tan buena idea cosas como el proyecto SETI de búsqueda de inteligencias extraterrestres. Una cosa es la vida y otra muy diferente es la inteligencia. Tal vez encontrar vida inteligente en el cosmos, saber que no estamos solos fuese la noticia más importante de toda nuestra historia como especie desde el descubrimiento del fuego, pero también podría acabar siendo la más terrible y demoledora.

Pero tal vez lo mejor y lo peor del caso fuese que nos obligaría a mirarnos al espejo como especie y mucho me temo que no nos gustaría demasiado lo que veríamos reflejado. Pesimista que es uno.