Correlaciones: Ciudades moribundas
Tras ver en la televisión la noticia sobre la quiebra de la
otrora próspera ciudad industrial de Detroit (palabra que proviene premonitoriamente
de “le detroit”: “the straits”, o sea, estrechos, apuros) no puedo evitar
recordar la hipnótica novela corta de J. G. Ballard, “La ciudad última” (“The
Ultimate City”, 1976) contenida en Aparato de vuelo rasante.
Viendo las imágenes de edificios abandonados, calles sucias
y fachas herrumbosas, me ha venido a la memoria las vívidas imágenes
ballardianas de “La ciudad última”. Aunque las situaciones son marcadamente
diferentes, la relación se establece ella solita.
La verdad es que la cosa no tiene nada de extraño. Como
tantas ciudades del “rusty belt” (el cinturón de herrumbre) del nordeste de los
Estados Unidos, que en su día concentraron la mayor parte de la industria
pesada y automovilística del país, hoy, tras la crisis económica y la era
postindustrial que ha favorecido nuevas tecnologías menos “pesadas” y
contaminantes así como la deslocalización de las industrias, antaño
omnipotentes, estas ciudades corren el riesgo de acabar como Detroit o peor:
como restos de un gigante decadente, como ciudades fantasma.
Las imágenes que nos describe Ballard tienen mucha similitud
com lo que hemos podido ver por la televisión. Naturalmente, Detroit está
todavía viva y posiblemente no se ha escrito todavía la última palabra sobre su
historia, pero no deja de ser sorprendente como una ciudad importante de la todavía
primera potencia mundial se tambalea de una manera tan sonora.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home