Evolución
Si miramos series y
películas antiguas de ciencia ficción, podemos ver cómo muchos aspectos
tecnológicos, pero también sociales han ido evolucionando tremendamente.
Algunos los llaman “envejecer mal”. Veamos algunos ejemplos.
Inevitablemente, los roles
dirigentes siempre estaban ocupados por hombres. Las mujeres no pasaban de ser
secretarias o diligentes amas de casa. Y todos blancos, por supuesto. Además,
muchos eran militares y casi todos fumaban. Hoy día, molesta ver una película
en la que aparezca gente fumando. Nos choca casi tanto como si se estuviesen
inyectando heroína (bueno, quizá me he pasado un poco).
Un ejemplo característico
que se suele poner es la serie Star Trek. En la Serie
Original, en el puente de la Enterprise, aparece una mujer negra
(Uhura), un oriental (Sulu), un ruso (Chekov) y un medio alien (Spock). Eso sí:
el capitán es un hombre, blanco, americano y del centro del país, donde residen
las esencias patrias. Y los malos son klingons (negros, por aquel entonces) y
los romulanos (de aspecto oriental, a pesar de que estaban inspirados en los
romanos).
El creador de la serie,
Gene Roddenberry quiso que el segundo de abordo, Número Uno, fuese una mujer,
pero el horno no estaba para bollos y no le dejaron. De hecho, aún no se
entiende como el primer beso interracial de la historia de la televisión, entre
el capitán James T. Kirk y la teniente Nayota Uhura, pasó la censura.
La cosa evolucionó y en
La Nueva Generación había más mujeres. Por ejemplo, la
doctora Beverly Crusher o la consejera Deanna Troi, con rango de comandantes.
El ingeniero jefe (Geordi LaForge) era negro e invidente (bueno, más o menos) y
el capitán, santo cielo, era francés… ¡y calvo!: Jean-Luc Picard.
En Espacio Profundo
Nueve el comandante de la Estación es negro (Benjamin Sisko) y el
segundo de abordo, una mujer (Kira Nerys). Y en Voyager, el
capitán es una capitana (Kathryn Janeway). Incluso en
Discovery aparece un ingeniero jefe (Paul Stamets) y un
médico (Hugh Culber) que son homosexuales y pareja, cosa que unas décadas antes
hubiera sido impensable. En La Nueva Generación lo
intentaron en un capítulo, pero la cosa no acabó de funcionar.
Actualmente, en las series
de ciencia ficción, el tema racial no es un problema y las mujeres abundan en
los puestos directivos y de responsabilidad. Algo hemos ganado. Posiblemente
más que en el mundo real.
Otra de las cosas que no
ha envejecido nada bien es la tecnología. En las series antiguas, los
ordenadores eran unos mamotretos mastodónticos y prismáticos enormes, que
consumían un montón de energía y tenían unas consolas con un montón de
lucecitas que se parpadeaban enloquecidamente.
Hoy en día, todo el mundo
tiene en su bolsillo un smartphone que deja a esos ordenadores en pañales y que
además hacen las veces de tricórders: con cámaras fotográficas, de vídeo,
acelerómetros, giróscopos, GPS, etcétera.
¿Y los robots? Hemos
pasado desde modelos como el Twiki de Buck Rogers o el
Robbie de Planeta prohibido, a androides como Data (Star
Trek) o la nueva generación de cylons antropomorfos de
Battle Star: Galactica, aunque en esto hay que reconocer que
Isaac Asimov ya se adelantó con su magnífico R. Daneel Olivaw.
En fin, que ha llovido
mucho en los últimos años y más que lloverá. ¿Qué cosas que hoy nos parecen
normalísimas se verán como algo exótico o incluso aberrante en el futuro?
Espero poder verlo.
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