El hombre en el castillo
Estoy viendo la serie de
TV El hombre en el castillo (The Man in the High
Castle) y reconozco que me está gustando mucho. En general, estas
ucronías “oscuras”, distópicas y bastante deprimentes no me suelen apasionar,
pero esta se encuentra muy bien construída.
Leí el libro cuando
estudiaba en la Universidad, hace ya casi 30 años, por recomendación de Miquel
Barceló (sí, ya sé que puede parecer raro que Miquel Barceló me recomendase un
libro de Philip K. Dick, pero os juro que así fue). Ya entonces me gustó
bastante. De hecho, es de las mejores ucronías que he leído.
La serie supongo que
acabará derivando por otros derroteros, aunque está magníficamente ambientada.
Da verdadero pánico pensar en cómo sería hoy el mundo si hubiesen ganado los
nazis y los japoneses.
De hecho, los japoneses
dan bastante miedo, pero los que me producen pesadillas son los nazis. Tan
seguros de sí mismos, tan profundamente inhumanos, tan faltos de piedad o de
compasión… Seguro que podemos imaginar cosas peores, pero esta se lleva la
palma, estoy seguro.
En todo caso, para los que
creen que todo está perdido y que vivimos poco menos que en el peor de los
mundos, les recomiendo que vean esta serie para que se den cuenta de que no
estamos tan mal. De hecho, puede que sea la época histórica en que mejor
vivimos la mayoría de los seres humanos, pese a las guerras, al hambre, a las
enfermedades o a las injusticias.
No creo que el siglo XX,
por poner un ejemplo cercano, con su gripe española, sus guerras mundiales, sus
bombas atómicas y sus dictaduras nazis y comunistas, fuesen mejores que nuestro
mundo actual. Tampoco se puede decir que el aire o el agua estuviesen
especialmente limpios o que ir a cazar elefantes a África estuviese mal visto,
precisamente.
Creo que, a pesar de todo,
hemos mejorado mucho en todos los aspectos. Desde luego, queda un largo camino
y seguimos estando en peligro como especie. Sigue habiendo armamento químico,
bacteriológico y nuclear en grandes cantidades; el cambio climático es una
emergencia de primer orden y siguen existiendo dictaduras en el mundo. Los
recursos se agotan y, en los países económicamente más desarrollados, parece
estar desapareciendo la clase media y el sentido común.
De hecho, en muchas
democracias, parece haber un retroceso de los derechos civiles y un aumento de
la intolerancia respecto a “los otros”, a “los demás”, pero soy optimista,
especialmente cuando pienso que estas cosas tienen solución, aunque sea difícil
y que merece la pena luchar por ello.
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